Un buen descanso… ¿lo tienes?

De vez en cuando es necesario hacer una pausa en nuestras preocupaciones y los quehaceres diarios para analizar la forma en que realizamos ciertos hábitos. El dormir suele ser un claro ejemplo de esta necesidad de valorar nuestra capacidad de descanso. Alrededor de un 32% de la población en España se levanta cansado y con dolores o molestias al despertar, lo que denota una carencia de buen descanso y calidad de sueño. ¿Cómo asegurar un buen descanso?

El insomnio suele ser el principal enemigo de nuestro dormir, sin embargo los trastornos del sueño no se limitan a una falta de sueño o dificultad a la hora de conciliar el sueño sino a diversos problemas derivados de una óptima rutina del sueño para dormir mejor. Es aquí donde el nivel de estrés y preocupaciones, la cantidad de horas de sueño, el entorno donde dormimos, nuestras prácticas anteriores a dormir, entre otras variables dejan huella en la calidad de nuestro dormir.

A continuación queremos compartir algunos para determinar si gozas de un buen descanso mientras duermes, o por si de lo contrario, duermes sin lograr un máximo descanso reparador.

Dolores posturales: Si eres de los que se levantan con dolores musculares, especialmente en espalda y cervicales, debes considerar que tu descanso no ha sido totalmente reparador. Una mala postura a la hora de dormir puede traerte serios problemas posturales derivando en limitación en el movimiento, dolores de cabeza, mareos, falta de concentración, entre otros. Descubre la postura ideal para un buen descanso e intenta acomodarte a ella.

Horas de sueño: Si bien rige la calidad sobre la cantidad, existe un número estimativo que indica la cantidad de horas necesarias para un buen dormir. Seguir una rutina en horarios suele ser una buena práctica a la hora de velar por un sueño reparador. Si duermes menos de 7-8 horas, puede que la calidad de sueño se vea afectada.

Liviana digestión: La alimentación previa a dormir es importante, ya que si despiertas con pesadez, náuseas u otra sensación incómoda a nivel digestivo puede que tu sueño no haya disfrutado de la armonía necesaria afectando la calidad de sueño. Tu cuerpo necesita tranquilidad durante el sueño para poder desplegar su proceso reparador y regenerativo. Si has cenado muy pesado, tu organismo se verá exigido por procesos digestivos importantes.

Ni frío ni calor: La temperatura corporal es importante para un buen descanso, y por ello tu habitación debe estar correctamente climatizada para garantizar un buen dormir. Si te despiertas sudado o tiritando de frío, tu descanso no habrá sido el óptimo. Intenta regular la temperatura del entorno en 18 – 20 grados.

Ansiedad mental: Durante la noche el cerebro comienza un proceso de regeneración neuronal, por ello necesita de un buen descanso. Las pesadillas, los sobresaltos a medianoche, entre otros son indicio de un descanso perturbado por las preocupaciones, el estrés y la ansiedad afectando el buen dormir. Es importante optar por técnicas de relajación para poder adormecer a los pensamientos que invaden nuestros sentidos y nuestra mente.

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