El hombro engloba un conjunto articular complejo que va des de la parte final del cuello donde choca con la clavícula hasta el inicio del bíceps, permitiendo una gran movilidad gracias a la función de los múltiples tendones que lo conforman.
Las causas que pueden producir dolor de hombro son muchas pero durante la noche, al dormir, el riesgo de aumentar su intensidad crece, debido a que no somos conscientes de las posturas que realizamos.
Un mal gesto puntual, sea al dormir o durante el día, un gesto inapropiado repetido de manera rutinaria, o exponer el hombro a grandes cantidades de peso pueden ser causantes de lesiones como la inflamación de los tendones, la tendinitis, o una luxación, teniendo en cuenta que se trata de una articulación. El dolor en las articulaciones es uno de los dolores que más frecuentemente pueden perturbar el sueño, según datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
A la hora de dormir siempre y cuando seamos conscientes del dolor en el hombro es recomendable evitar descansar encima del hombro perjudicado, como mínimo durante los primeros días. En ese sentido es complicado poder controlar la estabilidad de la articulación por la involuntariedad de nuestros movimientos durante el descanso nocturno.
La versatilidad que ofrece el hombro provoca que durante la noche se produzcan posturas realmente extrañas, y algunas de ellas dañinas para la articulación, dependiendo del grado de contorsión.
¿Quién no ha sufrido dolor en la zona del hombro y se ha despertado con la zona un poco dormida después de someterla al peso de nuestro tronco durante mucho tiempo? En la medida de lo posible debemos acomodar nuestro cuerpo para evitar ese tipo de situaciones desagradables y que a más de uno le ha provocado un buen susto en medio de la noche.
