Dormir mejor para aumentar tus defensas

En estos días  fríos, son muchas las personas a las que les encantaría saber qué pueden hacer para aumentar sus defensas, sobre todo después de haber pasado alguna de las gripes o resfriados que se empeñan en hacer su agosto en propio invierno. Por eso, una de las preguntas más frecuentes en la consulta del médico por parte de los pacientes es precisamente qué pueden hacer para fortalecer las defensas, según contaba el Dr. Casado en su blog.

Os vamos a contar un secreto, un secreto que debería ser ya un secreto a voces y que el doctor también nos contaba en su artículo: una de las mejores maneras de mantener tus defensas en forma es dormir bien. Para las defensas no hay remedios mágicos,  entre otras cosas porque el sistema inmunológico es muy complicado, y como otras funciones vitales como el propio sueño, aún hay muchos aspectos sobre su funcionamiento y mecanismo que se desconocen.

La falta de sueño atenta contra nuestro sistema inmune.

Defensas en guardia

Una de las razones por las que dormimos es porque nuestro cuerpo – y nuestra mente- necesita descansar para recuperarse y poder seguir funcionando como una máquina bien engrasada. Tu sistema inmunológico también necesita el descanso. Si pasas una noche en blanco, ¿verdad que te sientes cansado, notas que te cuesta más mantener la atención y  que tu nivel de alerta disminuye, haciendo más fácil que te equivoques? Pues parece que lo mismo les pasa a las defensas cuando no dormimos las horas necesarias, o bien la calidad del sueño se resiente. Cuando no dormimos lo suficiente, nos volvemos más susceptibles a infecciones, de manera similar a   cuando sufrimos un alto nivel de estrés de forma mantenida en el tiempo. Cuando estamos estresados segregamos más cortisol, una hormona que interviene  en funciones muy importantes de nuestro organismo, entre otras la regulación  de la respuesta inmune . Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, la  privación severa de sueño  altera  también el  sistema inmune y lo pone en acción, reflejando el mismo tipo de respuesta biológica que se presenta en situaciones de alto estrés.

Hemos hablado varias veces  aquí sobre cómo el estrés alimenta al insomnio y viceversa. Hay que tener en  cuenta que el insomnio en sí mismo es más un síntoma que una enfermedad, y para curar el insomnio hay que resolver también su causa de fondo: acabar con lo que nos quita el sueño, o liberarnos del estrés es un paso más para dormir mejor de forma permanente, y conseguir que nuestra defensas estén bien alerta y que, valga la redundancia,  no se duerman en los laureles.

Sigue descansando