Edad y sueño ¿Cómo combatir el insomnio ocasional en las diferentes etapas vitales?

¿Te acuerdas de cuando eras un niño y el monstruo de debajo de la cama no te dejaba dormir? ¿Y de cuando pasabas noches estudiando al lado de un termo de café durante las épocas de exámenes? ¿Y de ese periodo de estrés en el trabajo que te tuvo varios días sin pegar ojo? 

Nuestra vida cambia con el tiempo, y nuestro sueño también. Con los años, maduramos, nuestro organismo cambia y nuestro estilo de vida varía.
Esto nos hace superar algunos problemas relacionados con el sueño y encontrarnos con otros.

¿Qué horas de sueño por edad necesitamos? ¿Cómo afecta el insomnio a las diferentes edades? ¿Cómo ayudar a combatir el insomnio en niños, adolescentes o tercera edad? Sigue leyendo para encontrar las respuestas.

Horas de sueño por edad

Las horas de sueño que necesita nuestro organismo también varían con la edad. Si tuviéramos que dormir durante toda la vida el número de horas que necesitábamos de recién nacidos, tendríamos camas en vez de sillas en la oficina. A medida que crecemos, las horas de sueño que necesitamos se van reduciendo, y también nuestra facilidad para quedarnos dormidos.

La National Sleep Fundation recomienda diferentes rangos de horas de sueño por edad

–  Recién nacidos (0-3 meses): 14-17 horas

–  Bebés (4-11 meses): 12-15 horas

–  Niños pequeños (1-2 años): 11-14 horas 

–  Niños en edad preescolar (3-5): 10-13 horas 

–  Niños en edad escolar (6-13): 9-11 horas 

–  Adolescentes (14-17):  8-10 horas

–  Adultos más jóvenes (18-25): 7-9 horas

–  Adultos (26-64): 7-9 horas

–  Adultos mayores (65+): 7-8 horas

Aún así, la necesidad de sueño depende de cada persona. Hay diferencias entre personas del mismo rango de edad. Algunos adultos, una gran minoría, con dormir cuatro horas al día se sienten bien (dormilones cortos). 

Por eso, además de comprobar cuántas horas de sueño por edad necesitamos, es importante prestar atención a nuestro cuerpo y evaluar cómo nos sentimos con diferentes cantidades de sueño. 

¿Cómo combatir el insomnio ocasional según la edad?

Del mismo modo que las necesidades de sueño varían con la edad, los problemas ligados al sueño también cambian en las diferentes etapas vitales. El insomnio ocasional no solo está ligado al estrés del trabajo y la vida adulta; y aunque con la edad parece que hay más probabilidades de sufrirlo, no es un problema al que los más jóvenes sean inmunes. 

¿Cómo combatir el insomnio ocasional relacionado con la edad? Hay tres etapas vitales en las que se pueden dar problemas concretos a la hora de conciliar el sueño: 

Insomnio ocasional en adultos de edad avanzada

Es uno de las afecciones más comunes en las personas mayores. Es normal que a medida que envejecemos, nos cueste más conciliar el sueño, nos despertemos con mayor frecuencia durante la noche y nos levantemos más temprano y de forma abrupta.

Esto se debe a las variaciones de los patrones de sueño que suelen darse con la edad, que en general, están relacionados con los cambios hormonales y químicos del organismo. Con la madurez, se reduce la producción de melatonina  la hormona que regula el ciclo de sueño. Otros factores que pueden perjudicar el descanso en la tercera edad son la mayor necesidad de levantarse al baño durante la noche o la ansiedad e incomodidad que provocan algunas enfermedades.

¿Cómo tratar el insomnio ocasional en adultos mayores?

Para mejorar el sueño en la vejez debemos seguir las mismas recomendaciones generales que ayudan a mantener un descanso reparador a dario. Es importante reducir o eliminar el consumo de tabaco, alcohol y cafeína, y evitar el sedentarismo con ejercicio moderado diario. También existen remedios naturales para el insomnio ocasional en adultos que pueden ayudar a conciliar y mantener el sueño durante la noche. Si los problemas de descanso persisten o están relacionados con otra enfermedad, se debe consultar al médico de cabecera.

Insomnio ocasional en adolescentes

En la pubertad, el reloj biológico se revoluciona y se suelen retrasar los momentos de somnolencia y alerta. Por eso es típico que los adolescentes se vayan a la cama tarde y no quieran levantarse temprano. 

Las consecuencias de dormir poco en la adolescencia se notan en el rendimiento escolar y en la actividad social; pero muchas veces las clases, las extraescolares, el uso del móvil y las salidas con los amigos impiden dormir las horas de sueño que se necesitan a esta edad. Además, las variaciones emocionales asociadas a la adolescencia o problemas como la ansiedad o la depresión también están ligados al insomnio. 

Los trastornos  de sueño afectan a la capacidad de concentración, provocan cambios de ánimo y problemas de conducta. Para evitar las consecuencias de dormir poco en la adolescencia, es importante conocer las causas del insomnio para poder paliarlas (tratar de detectar si surgen de algún problema en el colegio o en el grupo de amigos), y seguir hábitos que ayuden a restablecer el reloj biológico: mantener horarios para acostarse y levantarse (que no se diferencien en más de dos horas durante los fines de semana), establecer un tiempo para las tareas escolares que no se solape con el horario de sueño, controlar el consumo de cafeína, evitar el uso excesivo de aparatos electrónicos…

Insomnio ocasional en niños

El insomnio ocasional es una patología frecuente en edad pediátrica, que afecta en mayor medida a niños entre los 6 meses y los 5 años, pero que también se puede prolongar a edades de hasta los 12 años. Se manifiesta en forma de resistencia a la hora de ir a dormir, latencia de sueño prolongada, despertares frecuentes o dificultad para levantarse por la mañana. 

Las causas del insomnio en niños suelen relacionarse con la falta de un ritual de conciliación, horarios irregulares de sueño, problemas familiares, miedos infantiles o ansiedad de separación; y sus consecuencias pueden afectar a su salud y desarrollo. Los niños que mantienen un sueño reparador se sienten más alerta, tienen mejor memoria y son menos propensos a problemas de comportamiento. ¿Cómo combatir el insomnio ocasional infantil? Es importante que los padres ayuden a sus hijos a desarrollar buenos hábitos de sueño desde una edad temprana. Una de las claves es establecer una rutina para antes de dormir, que se haga siempre a la misma hora y sea percibida por el niño como un momento positivo y relajante.

También es importante estimular a los más pequeños a dormirse por sí mismos, ya que si asocian la presencia del padre a la conciliación del sueño, les costará volver a dormirse si se despiertan durante la noche.

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