Un baño de sueño

¿Has oído hablar alguna vez de la higiene del sueño?

No se trata de que tomar una ducha o baño  antes de ir a la cama, aunque no cabe duda que un baño calentito, espumoso y relajante puede ser un gran aliado para desconectar después de un largo día.

Lo que se conoce como medidas de la higiene del sueño son realmente una serie de pautas  que pueden ayudarnos a  conseguir un sueño reparador,  despertarnos con una sonrisa al día siguiente, y no enfadarnos con la tostadora.

Se trata de ponérselo fácil a Morfeo para que nos visite lo antes posible, así que lo único que tenemos que hacer es prepararnos para recibirlo:

1. Intenta mantener unos horarios los más regulares posible, es decir, levantarse y acostarse  habitualmente a la    misma hora. No se trata de ser especialmente rígido; de vez en cuando podemos sacrificar una horita de sueño. Pero si convertimos trasnochar en una costumbre,  nuestro reloj interno se va a hacer un lío, y estaremos comprando muchas papeletas en latómboladel insomnio.

2. Si encima de que tenemos todos los números de la tómbola, nos entregamos a conciencia a hacer la siesta, estamos ya hablando de un siempre-toca. Aunque con una siesta diurna pensemos que reparamos sueño, sólo es un parche temporal y además hará que a la hora de dormir no tengamos ganas. Así que adiós a las siestas largas!

3.Si eres de los que la última vez que viste el gimnasio fue el día que pagaste la matrícula, es hora de desempolvar el carnet.  La actividad física o practicar algo de deporte diariamente favorece que cojas la cama con gusto. Eso sí, nunca justo antes de dormir: ni se te ocurra jugarte un partido de fútbol media hora antes de irte a la cama. El fútbol por la noche en todo caso en el sofá y tomándonoslo con calma!

4.¿Crees que un chuletón de ternera entre pecho y espalda con tres o cuatro copas de vino para cenar, es el menú perfecto para una noche de relax? Obviamente no: la alimentación es un punto clave para intentar tener un sueño de calidad. Intenta cenar ligero y pronto, pero tampoco te vayas a la cama con hambre o las visitas nocturnas a la nevera están garantizadas.

5.De postre del chuletón, café, puro y licorcito. . .El café, el té, los refrescos de cola, o la nicotina son estimulantes del sistema nervioso central, y su consumo en exceso, aunque sea durante el día, puede acortar nuestro descanso por la noche. El alcohol, por el contrario, puede parecer que te induce al sueño pero en realidad produce un sueño de mala calidad, ya que favorece los despertares nocturnos.

6.Convierte tu habitación en el reino independiente del sueño: es decir, haz que estés lo más cómodo posible para conciliar el sueño. Una cama mullida y con sábanas frescas ayuda.  No acumules dispositivos electrónicos encendidos (nada de tele en la cama!), mantén una buena temperatura (entre 18 y 23 grados es lo óptimo) y cierra bien las persianas. No podemos controlar que los vecinos no nos molesten con ronquidos o ruidos molestos, pero sí podemos crearnos un ambiente lo más acogedor posible para dormir.

7.Si aún así parece que Morfeo se retrasa, no desesperes. Sobre todo no mires obsesivamente el reloj y no te mantengas en la cama a la fuerza. Pensar continuamente en lo tarde que es, lo que te está costando  dormir y lo que tienes que madrugar no te va a ayudar a conciliar el sueño, sino que va a disparar tu ansiedad y caerás en la espiral insomnio-ansiedad- insomnio.  Levántate de la cama y intenta relajarte un rato. Vuelve a la cama cuando tengas sueño. Tranquilo, va a llegar.

8.Recuerda que  si tomas cualquier tipo de fármaco para inducir el sueño o de seguir cualquier tratamiento para el insomnio, has de hacerlo de la mano de tu médico o farmacéutico. Ellos sabrán aconsejarte la mejor solución para el insomnio cuando lo necesites.

Foto: Dennis Wong – Flickr

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