Aprende a controlar tu estrés

Ha terminado el día. Ha sido intenso, lleno de preocupaciones y problemas de mayor o menor intensidad. Llega la hora de ir a dormir y te acuestas sabiendo que será otra noche en la que te costará dormir. Las preocupaciones rondan en tu cabeza y, por más que las apuntas en una agenda para sacarlas de tu mente, continúan importunando tu descanso e impidiendo relajarte y conciliar el sueño: «Es inevitable, aunque trato de no pensar en ello, en cuanto me acuesto, repaso mentalmente los acontecimientos del día y me resulta imposible desconectar. Doy vueltas  y vueltas en la cama, me pongo nervioso, y no consigo dormir. Y si lo hago, me despierto preocupado a horas intempestivas de la noche».  Testimonios similares a estos son comunes en los comentarios que nos hacéis llegar. Es una manifestación del estrés, que es es uno de los sospechosos habituales tras un caso de dificultad para dormir.

El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. la vida agitada que llevamos, que nos exige estar siempre al 100%, supone para nuestro organismo y nuestra mente una estimulación importante, que en algunos casos y en función de otros factores personales, puede desembocar en episodios de insomnio ocasional.

Como causantes de estrés o nerviosismos no sólo hablamos de acontecimientos negativos, como se tiende a pensar. Es evidente que los horarios rígidos, solucionar un problema en el trabajo, recibir malas notas escolares de un hijo o discutir con nuestra pareja son factores estresantes. Pero también lo son los acontecimientos positivos que suponen un cambio, como ascender en el trabajo, tener un hijo, mudarse de casa, una boda . . . En cualquier caso, se trata de adquirir nuevas responsabilidades y de exigir más de nosotros mismos.

¿Por qué influye el estrés en el insomnio? 

Ante un factor estresante, la preocupación y la ansiedad hacen que se eleve el nivel de adrenalina en sangre, con el fin de preparar el cuerpo para hacer frente a los problemas o situaciones nuevas y actuar. En esta situación de actividad fisiológica, no podemos relajarnos, afectando de esta manera a nuestro sueño. Y aquí empieza el círculo vicioso que todos conocemos: la preocupación por no dormir genera más ansiedad, más preocupación. ..  y más insomnio.

Hoy en día ha quedado muy demostrado que el estrés tiene una relación muy directa con la mente y emociones y éstas con la salud. Merece la pena dedicar algo de nuestro tiempo a aprender a controlar el estrés y manejarlo para que nos cree el menor impacto negativo. Por ejemplo,  como os proponíamos en este artículo, podemos enfrentarnos a él con técnicas de respiración para relajarnos más fácilmente.

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El estrés, una de las principales causas del insomnio

Que levante la mano el que no haya dicho alguna vez aquello de «Estoy estresado«. Hay muchos momentos y circunstancias en lo que podemos sentir estrés: un examen, un viaje, un cambio de en el trabajo, una mudanza, dificultades o problemas familiares, exceso de compromisos y responsabilidades. . . prácticamente en la totalidad de las relaciones sociales que conforman nuestra vida cotidiana podemos encontrar algún motivo de estrés. Estas situaciones tienen en común la tensión y la falta de tranquilidad ante un hecho externo, una tensión comprensible, ya que nos hace enfrentarnos a algo extraordinario.  Esta tensión en sí misma no tiene por qué ser negativa: puede ser positiva estimulando y motivando a las personas frente a los retos. Pero cuando la tensión se vuelve demasiado intensa y nos desborda, se convierte en estrés.

El estrés puede influir negativamente tanto en la salud física como psíquica en las personas: un alto nivel de estrés de manera prolongada se ha relacionado con trastornos como la hipertensión, trastornos digestivos o cardiopatías.

El estrés además se ha identificado como una de las causas más frecuentes de insomnio ocasional o transitorio, puesto que al provocarnos dificultad para relajarse es más difícil conciliar el sueño. No dormir bien, por otra parte,  hace que durante el día siguiente nos encontremos más irritables, impacientes y con menos capacidad de concentración y convertirse en otro factor más agravante de estrés, como una pescadilla que se muerde la cola: «tengo estrés, así que no duermo, y como no duermo tengo estrés«.

Si bien es cierto que en ocasiones la aparición de  estrés no se puede evitar, sí que podemos mitigar sus consecuencias y reducir sus efectos.

El pimer paso para aprender a controlar el estrés es averiguar qué nos lo produce, es decir, acotar el problema. Por ejemplo podemos hacer una listado de las situaciones que nos estén provocando intranquilidad y resolver lo antes posible  aquellos problemas que estén en nuestras manos, aunque esto no es siempre posible. En todo caso, para superar los conflictos personales que causan estrés podemos apoyarnos en algunos métodos como:

  • No encerrarse en nosotros mismos y buscar relaciones con otras personas
  • Practicar ejercicios físico regularmente
  • Planificar la vida de manera realista (no formarse expectativas superiores a las verdaderas posibilidades).
  • Actividades que propicien la relajación: baños, masajes, meditación, yoga

Aunque el estrés no se puede evitar al 100%,  con técnicas como estas  puedes aprender a controlarlo y convivir con él: si quieres conocer más estrategiaspara que el estrés no te quite el sueño te contamos muchas más aquí.

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Dormir mejor para aumentar tus defensas

En estos días  fríos, son muchas las personas a las que les encantaría saber qué pueden hacer para aumentar sus defensas, sobre todo después de haber pasado alguna de las gripes o resfriados que se empeñan en hacer su agosto en propio invierno. Por eso, una de las preguntas más frecuentes en la consulta del médico por parte de los pacientes es precisamente qué pueden hacer para fortalecer las defensas, según contaba el Dr. Casado en su blog.

Os vamos a contar un secreto, un secreto que debería ser ya un secreto a voces y que el doctor también nos contaba en su artículo: una de las mejores maneras de mantener tus defensas en forma es dormir bien. Para las defensas no hay remedios mágicos,  entre otras cosas porque el sistema inmunológico es muy complicado, y como otras funciones vitales como el propio sueño, aún hay muchos aspectos sobre su funcionamiento y mecanismo que se desconocen.

La falta de sueño atenta contra nuestro sistema inmune.

Defensas en guardia

Una de las razones por las que dormimos es porque nuestro cuerpo – y nuestra mente- necesita descansar para recuperarse y poder seguir funcionando como una máquina bien engrasada. Tu sistema inmunológico también necesita el descanso. Si pasas una noche en blanco, ¿verdad que te sientes cansado, notas que te cuesta más mantener la atención y  que tu nivel de alerta disminuye, haciendo más fácil que te equivoques? Pues parece que lo mismo les pasa a las defensas cuando no dormimos las horas necesarias, o bien la calidad del sueño se resiente. Cuando no dormimos lo suficiente, nos volvemos más susceptibles a infecciones, de manera similar a   cuando sufrimos un alto nivel de estrés de forma mantenida en el tiempo. Cuando estamos estresados segregamos más cortisol, una hormona que interviene  en funciones muy importantes de nuestro organismo, entre otras la regulación  de la respuesta inmune . Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, la  privación severa de sueño  altera  también el  sistema inmune y lo pone en acción, reflejando el mismo tipo de respuesta biológica que se presenta en situaciones de alto estrés.

Hemos hablado varias veces  aquí sobre cómo el estrés alimenta al insomnio y viceversa. Hay que tener en  cuenta que el insomnio en sí mismo es más un síntoma que una enfermedad, y para curar el insomnio hay que resolver también su causa de fondo: acabar con lo que nos quita el sueño, o liberarnos del estrés es un paso más para dormir mejor de forma permanente, y conseguir que nuestra defensas estén bien alerta y que, valga la redundancia,  no se duerman en los laureles.

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Consejos para dormir bien: ¡controla tu estrés!

En nuestro último artículo hablábamos de lo difícil que es dormir bien  por la noche  si nuestro día a día está dominado por el estrés. Normalmente, nuestros días son una sucesión de acontecimientos rutinarios, asumidos y fácilmente planificados. Sin embargo, las cosas que más nos quitan el sueño son a veces  aquellas que están fuera de este día a día: aquello que se sale de la norma, que no está en nuestros calendarios y que nos hace modificar hábitos o actitudes. Son los acontecimientos inesperados, los que no salen en nuestras agendas.

Hoy os vamos a dar algunos consejos para tratar de controlar ese estrés que nos provocan las situaciones inesperadas.  Dependiendo del carácter de una persona, para que una situación extraordinaria provoque estrés no hace falta que sea algo inabarcable: ocupaciones  aparentemente nímias, como averías, arreglos, compras,  una pelea de los niños  o compromisos  inesperados pueden provocar estrés y nerviosismo que nos pongan difícil dormir bien por la noche.    Otras veces, sin embargo,  hay cuestiones que alteran nuestros hábitos de manera más importante y requieren soluciones o cambios más drásticos, como problemas familiares, económicos, una separación. . . y todos entendemos el estrés, la  ansiedad  y las noches en vela que pueden ocasionar.

Mantener la calma para gestionar el estrés

Para evitar ahogarnos en un vaso de agua, y que  pequeñas situaciones inesperadas no nos provoquen insomnio, podemos abordar el problema usando diferentes estrategias.

Más allá de  organización, deberíamos planificar nuestros días con flexibilidad y de acuerdo a  alguna táctica :   por prioridad, por zonas, por el  tiempo que requiere cada tarea . . . pero sin obsesionarnos por cumplir los planes al dedillo. Muchas veces la falta de paciencia o ansiedad por  salvar los pequeños baches, para alcanzar de nuevo «la paz» y la normalidad nos hace no coordinar de manera racional su desarrollo, siendo este el motivo final por el que se crea un desajuste en nuestra rutina y emociones.

Las personas  más  nerviosas o o impacientes, al sentirse  alteradas  por algo fuera de lo habitual  pueden actuar  impulsivamente, sólo para acabar, sin pensar si realmente las cuestiones son realmente prioritarias;  ocasionando al final  un retraso innecesario en su ritmo cotidiano.

Una buena  estrategia , en cambio, consiste seria asimilar los imprevistos a las cuestiones rutinarias ¿Cómo? Actuando con calma y objetividad.  Hay que diferenciar las prioridades,  tener paciencia y saber lo que puede esperar.  Sólo abordaremos los imprevistos  imprescindibles, o aquellos que no nos desvíen demasiado de nuestro camino. Por ejemplo, podemos solucionar compras o recados por hacer  integrándolos en nuestros trayectos diarios.

Entender que muchos de los imprevistos pueden esperar, que no son tan urgentes como en un primer momento parecen, contribuye al mantenimiento de  un estado de tranquilidad y equilibrio. No hay que tener tanto prisa por acabar.  Debemos aprender a asumir que muchas veces,  se trata de obligaciones ineludibles para la buena marcha de nuestra vida y tener en cuenta que cuando las terminemos, seguro, surgirán otras ocupaciones nuevas, hará que tomemos con humor la situación y será otra clave para organizarnos  de manera racional, evitando que el estrés nos desborde, y no podamos sulucionar los pequeños problemas del día a día de manera efectiva.

Tener la capacidad de organizar con la frialdad y funcionalidad lo inesperado, con la misma capacidad que tenemos organizadas nuestras acontecimiento cotidianos , nos permitirá desarrollar serenidad. Un día calmado y con armonía favorece un noche de sueño relajado y reparador. Por eso, trabajar en cómo controlar el estrés es una medida fundamental para empezar a recuperar las horas de sueño perdidas. ¿Tienes algún truco para controlar el estrés? ¿Y si nos lo cuentas?

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Problemas para dormir bien durante la época de exámenes

Cuando realmente te decides por una carrera que te gusta, quien más quien menos procura asistir siempre a clase, y llevar las asignaturas al día. Claro que, en época de exámenes, todos nos hemos visto en la situación de tener que arañarle tiempo al tiempo, no sólo para leernos todo lo que entraba en las diferentes materias sino, ¡también para memorizarlo! Por eso, dormir bien se nos hace complicado, pero sin embargo, es precisamente cuando más lo necesitamos, ya que conciliar el sueño tiene un importante papel en la consolidación de la memoria.

La memorización es la parte más importante del estudio. Por lo tanto, cuando decidamos ponernos a estudiar, tenemos que procurar estar despejados y sin problemas de sueño. Desde aquí os aconsejamos encarecidamente que os olvidéis de todas esas sustancias «milagrosas» de las que otros compañeros hablan porque, no sólo nos harán creer equivocadamente que podremos preparar bien los exámenes, sino que, además, perjudican a la salud.

Para dormir bien y mejorar tu estudio lo principal es organizarse bien

Para afrontar este periodo, sobrevivir a la época de exámenes, y no morir en el intento por culpa del estrés o del agotamiento por problemas para dormir , conviene que nos organicemos bien. Sobre todo si, además de estudiar, también estamos trabajando y tenemos otras obligaciones.

Para memorizar hay que leer con atención el libro que tengamos delante y hacer un esquema. Luego hay que subrayar y colorear lo que nos parezca más importante. La memoria visual favorece el aprendizaje. Una vez que hayamos diseccionado el esquema y lo hayamos memorizado, deberemos repasarlo mentalmente hasta que seamos capaces de repetirlo sin equivocarnos.

Cuando creamos que ya nos sabemos un tema, hay que «cantarlo» en voz alta – aunque sea delante de un espejo -, o reproducirlo entero y por escrito para asegurarnos de que, efectivamente ya nos lo sabemos, e ir teniendo una visión de conjunto de toda la asignatura por temas.

Es muy difícil aprenderlo todo a la primera. Lo normal es tener que repasar lo que queremos estudiar varias veces. La memorización requiere un esfuerzo muy intenso que no podemos mantener durante mucho tiempo. Por eso debemos introducir descansos programados, con una duración que debemos controlar de forma estricta. A medida que se avance en la materia, los periodos de descanso deberán ser más frecuentes y los periodos de estudio más cortos.

Lo mejor es hacer pausas cada una o dos horas, y aprovechar ese momento de recreo para tomar un café, salir a la calle a pasear y que nos de el aire, hablar con los amigos, intentar relajarnos escuchando un poco de música y, sobre todo, intentar llevarlo todo con deportividad.

Se ha comprobado que resulta más eficaz realizar el estudio en varias sesiones que intentar aprendérselo todo de una sola sentada. Una vez que nos hemos aprendido una materia, es mejor irla repasando de forma escalonada. Es decir, realizar una primer repaso algunas horas después, un segundo repaso, más breve, al día siguiente; un tercer repaso a la semana siguiente y un repaso final un día antes del examen. Cada repaso debería durar, aproximadamente, un tercio del anterior para que resulte eficaz.

exámenes

Consejos para no derrumbarse

Hay quien para poder estudiar y concentrarse necesita paz y tranquilidad. Sin embargo, no recomendamos permanecer en una habitación encerrados a cal y canto de la mañana a la noche, pues no hay voluntad que resista más de cuatro horas de estudio seguidas.

Hay personas muy responsables que sienten cargo de conciencia pensando que estas pausas les distraerían en exceso, impidiéndoles estudiar todo lo que deberían. Pero, ¿de qué sirve estar delante de un libro cuando nuestra mente necesita hacer un descanso, y después de unos noventa minutos se nos ha ido a pasear por los cerros de Úbeda?

Es muy importante que en este periodo del año no penséis en cosas que os distraigan o que requieran que toméis decisiones importantes. Cuando se compagina el estudio con el trabajo se suele tener menos tiempo. Eso es una auténtica lata, aunque también nos obliga a organizarnos mejor.

En época de exámenes no podemos, ni debemos, enfrascarnos en asuntos de responsabilidad que requieran que tengamos que hacer horas extra en el trabajo. Si este es vuestro caso, debéis comentarle a vuestros jefes que estáis de exámenes. Seguro que se hacen cargo de vuestra situación, y  no os exigen más de lo que podáis darles en estos momentos

Cuando notéis que ya no podéis más, salid a correr o a caminar, y no le hagáis ascos a una sesión de yoga. También podríais plantearos la posibilidad de cambiar de ambiente de estudio. Podéis ir a estudiar a algún café donde no haya mucho ruido o a una biblioteca.

Nuestro consejo es que no os dejéis arrastrar por lo que haga el resto de la gente. Lo importante es encontrar una técnica de estudio y una rutina  a la medida de vuestras necesidades, que os vaya bien y que os ayude a recordar todo los que habéis estudiado y memorizado. ¡Hay quien dice que la cultura es lo que queda después de haber estudiado!

Para ser un buen estudiante no hace falta tener buena memoria, se memoriza mejor si se comprenden las cosas. La memoria es como la musculatura: cuanto más la practicas, más se desarrolla. El interés o la motivación es fundamental. Es conocida la influencia de la actitud ante lo que se estudia sobre la cantidad de información recordada.

Respetad las horas de sueño y las fases del sueño.

Dormid 8 horas (nunca menos de 6). Las horas de sueño son horas ganadas y no horas perdidas. Lo que se estudia por la noche, antes de acostarnos, no se olvida durante el sueño. El sueño sirve para afianzar la memoria por eso hay que seguir los consejos para dormir bien.

La época de exámenes es un periodo difícil, pero tenemos que aprender a sobrellevarlo con buena predisposición, recordando que todo pasa en esta vida, y que ¡lo que más cuesta aprender es lo que mejor se retiene!

Fotos: Mer Chau , Saad Faruque

Un artículo de Almudena Pérez-Minguez

 

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Aprendizaje durante el sueño

En esta época son muchos los estudiantes que se enfrentan a uno de sus peores  enemigos: los exámenes. A quién no le gustaría tener una fórmula mágica para aprobar sin tener que pasarse noches en vela estudiando! Seguro que en momentos como éste muchos habréis pensado lo fantástico que sería que de verdad funcionase el aprendizaje durante el sueño. Una grabadora con el temario más odiado bajo la almohada y  voilà, se matan dos pájaros de un tiro: adiós al insomnio -gracias a los contenidos tan emocionantes e intrigantes que muchos deben que memorizar- y adiós a horas interminables con la nariz entre los libros.

La idea de la  hipnopedia o el aprendizaje durante el sueño  ha sido  profusamente utilizada en la literatura de ciencia ficción, pero poco investigada en la realidad. La hipnopedia era el proceso que se utilizaba en Un Mundo Feliz, de Aldoux Huxley o en La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess,  con finalidades bastante más oscuras que las de aprobar un determinado examen. En la vida real se han hecho algunas investigaciones con el fin de probar su validez como método de aprendizaje, casi todas en las décadas de los años cincuenta y sesenta, e  incluso se llegan a comercializar cursos de idiomas que prometen al comprador aprender una nueva lengua  sin más esfuerzo que darle al play de un reproductor  mientras duerme. Por suerte o por desgracia, y aunque no se ha llegado a refutar del todo, la mayoría de los científicos que lo investigaron llegaron a la conclusión de que el aprendizaje durante el sueño era prácticamente imposible, más allá de ayudar de recordar algunas palabras sueltas. Poco idóneo en todo caso, para enfrentarse a un examen, que en la mayoría de los casos no implica sólo memorizar, si no entender en profundidad una materia, relacionar conceptos y construir discursos alrededor de ella.

No hay métodos mágicos para un aprobado seguro,  más  allá que  quemarse más o menos las pestañas estudiando, pero sí que hay técnicas de memorización que pueden sernos útiles en momentos en momentos concretos, como relacionar conceptos con imágenes, hacer pareados y canciones o formar palabras cuando por ejemplo, se trata de memorizar siglas, fórmulas o elementos de la tabla periódica. Pero también tenemos que tener en cuanta  es que  el sueño  tiene un papel en la consolidación de la memoria: un buen sueño reparador  nos ayuda a consolidar los conocimientos que adquirimos durante el día, y nos ayuda a concentrarnos mejor. Por eso, no se recomienda pasarse la noche anterior a un examen sin pegar ojo, ya que puede ser contraproducente: es más fácil que  al día siguiente “nos quedemos en blanco”, y no sólo habremos perdido una noche de sueño, si no también, una nueva convocatoria.

Imagen:© Dudarev Mikhail (Fotolia)

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Cómo reducir el estrés en Navidad

El calendario 2012 está a punto de agotarse y eso solo puede significar una cosa: deseadas o no, las Navidades ya está aquí. Aunque nos gusten las lucecitas, la lotería, el turrón y demás parafernalia navideña, lo cierto es que estas fechas tan señaladas giran en torno a dos conceptos básicos: comida y regalos, que además, pueden sintetizarse en uno, el estrés. Te proponemos algunos consejos para que  estas fiestas no te quiten el sueño, ni siquiera aunque sea la tarde de Nochebuena y no hayas encontrado regalo aún  para tu suegra: 

  • Comer con calma para sentirse mejor En pleno apogeo de ágapes navideños, son muchos los que se ven obligados a renunciar a los rigores de una dieta equilibrada. Aunque empeñarte en llevar una dieta estricta en Navidad, puede ser frustrante y causarte un estrés innecesario, no olvides que si comes y bebes de más, te sientes fatigado y tu sueño se altera. 
  • La lista de la compra en Navidad. A la hora de llenar la nevera en estas fechas, ve a la compra con una lista hecha a conciencia. Y procura ir con el estómago lleno, para evitar poner en la cesta alimentos de relleno.
  • El menú. Si depende de tí elaborar el menú navideño, piensa qué quieres servir en la mesa y cómo, una receta sencilla y equilibrada no tiene por qué resultar menos deliciosa: compra verduras para una crema de primer plato, y  si quieres añadir una nota de sofisticación busca, por ejemplo, una receta que incluya un poco de trufa. Elige carnes magras y evita las salsas demasiado elaboradas.  Si optas por el pescado azul, prepáralo a la sal: conserva todo su sabor y es muy ligero.
  • Beber con moderación.  Aunque parezca que el alcohol nos da sueño y nos puede ayudar a dormir, en realidad provoca un sueño de mala calidad y despertares frecuentes, al alterar el ciclo del sueño. Beberse unas copas  es casi inevitable estos días, pero sí que podemos limitar el  consumo  de alcohol evitando los licores después de las comidas, sobre todo de la cena.  Mejor sustitúyelos por una infusión o una taza de té, por ejemplo verde, que además de poseer valiosas propiedades depurativas y digestivas, tiene menos cafeína.
  • Vigila el consumo de bebidas carbohidratadas de los niños  Los refrescos azucarados y con cafeína les alteran el apetito y el sueño.

Mazapán amargo

Las Navidades generan estados emocionales muy diversos, sobre todo melancolía y estrés. La Navidad puede sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos, por eso queremos dejaros  algunas claves para que tu ánimo no decaiga.

  • Con todos y también contigo. Te encanta reunirte con los amigos y los seres queridos que vuelven a casa en esta época del año, pero a su vez estas reuniones y el hecho de estar todo el día de compromiso en compromiso te pueden llegar a agotar, por eso es importante que acotes un tiempo para estar contigo y tus pensamientos.
  • Cuando menos puede ser más. La situación económica complicada sumada a la obligación de regalar pueden hacer mella en tu ánimo. Evita verte arrastrado por el consumismo propio de estas fechas. A la hora de hacer regalos, ten las cosas claras y adelanta las compras para no agobiarte a última hora. Puedes hacer regalos baratos y muy especiales con sorprendentes y originales envoltorios hechos por ti.

En definitiva, se trata de que mantengas a raya los excesos y de que no olvides hasta enero el hábito de las costumbres saludables. Y lo más importante: dedica tiempo a hacer lo que te gusta: lee, pasea, ve al cine,  o no hagas nada… porque, aunque sean sólo unos días,  ¡estás de vacaciones!

Felices fiestas y muy dulces sueños! 

Imagen: © Sergey Nivens – Fotolia.com

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Terapia de cuidados contra el estres

Atrás quedaron los días de verano, de nuevo, el  ritmo  de nuestra vida diaria se ha impuesto y ha hecho añicos el aura de buenas vibraciones  que nos dejaron las vacaciones  y el buen tiempo. Por eso, con la expectativa de unos días libres a la vista, te proponemos que te des un respiro!   ¿Cómo combatir el estres laboral? ¿Qué tal  un spa para que mimes tu cuerpo y  recuperes tu paz interior? Estamos seguro que después de uno de estos tratamientos dormirás como un bebé y dejarás atrás el estres semanal!

Tenemos algunas sugerencias que no te dejarán indiferente: selecciona tu destino y entrégate a fondo a la terapia detox y los tratamientos que te ofrecen los  spa, y prepara tu cuerpo y tu mente para hacer frente al estrés navideño. Sabemos que a más de uno puede llegar a quitarle el sueño!

Isla de encanta

Ibiza es mucho más que playas increíbles y fiesta, su naturaleza y su clima, típicamente mediterráneos, convierten  la isla en un destino ideal para este puente, aunque pienses que es un destino de verano! Encontrarás lugares tan chulos como Es Cucons, un precioso hotel boutique que cuenta con todo lo que necesitas para unos días de desconexión: desde masajes relajantes a  tratamientos de belleza o sesiones de yoga, que harán de tu estancia una auténtica delicia.  Ya os hemos explicado otras veces lo importante que es desconectar para conciliar mejor el sueño:  ahora falta elegir lo que más os ayude!

Terapias para el insmonio
© Dirima – Fotolia.com

Lujo asiático

Si lo que buscas es desconectar de verdad, en un entorno exótico pero ahorrándote vuelos eternos  y su jet-lag  no lo dudes, tu sitio este puente está en Tailandia, pero sin salir de Alicante! Disfruta de  la tradición oriental y toda su nutrida sabiduría acerca del equilibrio del cuerpo y la mente sin salir de la península. Si tu bolsillo te lo permite,  puedes aprovechar  los exclusivos tratamientos del espectacular hotel Asia Gardens, de la mano de un equipo de expertos en terapias orientales como el masaje tradicional tailandés, una terapia contra el estrés cuya técnica tiene más de 2500 años. Olvidar el estrés de la oficina paseando por sus increíbles jardines debe ser pan comido!

Balnearios urbanos

Si no haces puente, vives en una gran ciudad y necesitas urgentemente liberarte del estrés que generan los últimos días del año, la solución puedes encontrarla en balnearios urbanos, como el  Termes Victòria Hotel Balneario, en Caldes de Montbui, en  Barcelona. Busca un buen centro como este, con aguas mineromedicinales ideales para desconectar por unas horas de la urbe y encontrar alivio físico y espiritual. Seguro que en tu ciudad hay establecimientos similares que van a ser un agradable tratamiento contra el estrés que no te deja dormir!

Terapias para el insmonio
© Valua Vitaly – Fotolia.com

El spa en casa

Si no dispones del tiempo o el dinero para dejarlo todo atrás por unos días, por estas fechas,  la tensión te mantiene la espalda rígida como una tabla, haces días que no duermes bien y la comida recién hecha es algo que apenas recuerdas: ¡móntate el spa en casa!

Si tienes hijos, considera la posibilidad de mandarlos aunque sea una tarde con abuelos o amigos. Este ratito te lo vas a dedicar a ti, no te sientas culpable!  La Navidad está a la vuelta de la esquina y tendrás oportunidad de entregarte a ellos.

Lo primero es contar con algunos elementos básicos que puede que ya tengas en casa, en cualquier caso, no son nada del otro mundo: aceites esenciales, aceites de masaje, velas aromatizadas o de masaje, incienso y música !

Llena la bañera con agua caliente y añade unas gotas de tu aceite esencial favorito o, si lo prefieres, prepara un glamuroso baño de espuma. No olvides que crear una atmósfera adecuada ayuda a relajar los sentidos: pon música de ambiente y enciende velas  o incienso. Ahora solo debes sumergirte en el agua y dejar que tus preocupación y ese estrés acumulado resbalen por tu piel hasta el fondo de la bañera. Para ello, puede ayudarte un peeling casero con azúcar moreno.

Después de salir del agua, hidrata tu cuerpo con tu loción habitual, y continúa mimándote con auto- tratamientos: aplícate una mascarilla facial casera para mejorar el aspecto de tu piel o hazte la manicura.

Después de tantos mimos, sólo falta  sentarse a la mesa a disfrutar  de una cena casera ligera con aquello que más te gusta. Solos, o en compañía y a la luz de las velas, pero  por fin disfrutando de unos momentos  perfectos de relajación,  con el ánimo a punto para disfrutar de un sueño tranquilo y reparador. ¿Qué tal unos cupcakes de postre?

Imagen: © Elena Blokhina – Fotolia.com

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Pasteles para no dormir

¿Eras de los niños afortunados que disfrutaban del  ratito del  cuento antes de dormir? Entonces seguro que te acuerdas de aquél en el que la bruja mala vivía en una casita de chocolate y caramelo.  Ahora que ya somos mayores, no vamos a quedarnos en los cuentos. Vamos a  descubrir la casita de Hansel y Gretel hecha realidad. . . en  miniatura! El país de las maravillas ha llegado para quedarse, sin Alicia, pero con montones de recetas,  algunas  bien fáciles y  otras de lo más sofisticadas.

Os preguntaréis de qué hablamos: hoy hablamos de cupcakes, pequeños mundos de fantasía encima de una sencilla magdalena. Y es que muchas veces el estrés que sufrimos durante el día es una de las causas de que no podamos dormir por las noches. Desde aquí queremos daros ideas para ayudaros a desconectar, pequeños hobbys con los que dejar atrás las preocupaciones que nos rondan la cabeza, aunque sea por un ratito! Por eso hoy os proponemos que entréis en el mundo de los cupcakes. Encuentra el que te apetece o inventa el tuyo: deja volar la imaginación y empieza a soñar despierto. Dulces momentos para dulces sueños!

La base

Base de pastel para dormir mejor

Cupcake significa simplemente «pastel de taza», o sea, un bizcocho o magdalena de toda la vida horneado en un pequeño molde. Para la base, cualquier receta de masa de pastel básica sirve, aunque puedes añadirle frutos secos, pasas, mueli, fruta fresca, cómo no. . . chocolate! Te recomendamos que la hagas tú mismo, pero si eres impaciente, te damos un truco: compra magdalenas recién hechas y tenlas a punto para decorar en cualquier momento de inspiración o insomnio. Te relajará ponerte manos a la obra y la ansiedad desaparecerá con el primer mordisco!

El topping o cobertura

bandeja cupcakes

Los cupcakes tienen un enorme y maravilloso sombrero, sobre el que luego se dispone la ornamentación. Es una cobertura principalmente hecha de mantequilla y azúcar glass, aunque las proporciones y los ingredientes accesorios pueden variar hasta el infinito. Teclea «buttercream»  en Google y elige la receta  que más te guste. Y un truco: ten a mano una buena colección de colorantes alimentarios y añade unas gotas de tu color favorito!

La decoración 

Ahora llega el momento de ponerse creativo. No hay más límites que los de tu imaginación, así que no te cortes.  Si tienes niños, puedes pedirles que te ayuden. Puede ser una gran actividad familiar! Si necesitas ideas, en webs como esta hay unas  muchísimas ideas para inspirarte.

bandeja cupcakes
Bret Jordan en Flickr

Cupcake veraniego 

Para los que ya echáis de menos el verano. El calor se terminó pero los helados llegan para quedarse: un cucurucho relleno de magdalena con una buena montaña de cobertura,  y adiós al frío. Tú eliges el color del invierno: turquesa glaciar o blanco como la nieve?

helados caseros
Foto: sthcrft en Flickr

Cake-pops 

Haz la masa en moldes pequeñitos, tipo bombón, decórala como quieras y pínchala con un palito. Ya tienes un cake-pop, una espece de bizcochito chupa-chups de lo más versátil.

cake pops
Foto: emilygoodstein en Flickr

Cupcake de campeonato

Y, como en todo, lo importante no es ganar, si no participar: Hay inumerables competiciones donde encontrar inspiración para los entrenamientos caseros. Una de las más prestigiosas en la Nacional Cupcake Week, que se celebra en el Reino Unido, pero también te recomendamos la sección de Martha Stewart donde se premian los cupcake más originales, como este! Todo un cupcake anti- insomnio!

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5 comedias para antes de dormir

Todos sabemos que el estrés es una de las razones que más nos quitan el sueño. Las preocupaciones del día a día aprovechan la calma de la noche para montarse una fiesta en nuestra cabeza, y hacen más ruido que un elefante en una cacharrería. Total, que entre los nervios y esa mala costumbre de consultar los problemas con la almohada, muchas noches dormirse parece misión imposible.

Cuando el estrés es la causa de que no podamos dormir, recurrimos a remedios caseros para el insomnio o a trucos para relajarnos y desconectar.  Hoy no vamos a hablar de pastillas para dormir, infusiones relajantes o medidas de higiene del sueño. Hoy vamos a hacer una lista de 5 comedias para antes de dormir.

En una hipotética encuesta sobre los métodos preferidos para dormir,  seguro que la televisión aparecería en uno de los puestos estrella del ranking de los somníferos naturales. Que tire la primera piedra quien no se haya dormido alguna vez viendo una película!  Y es que a veces todo lo que necesitamos para conciliar el sueño es liberar tensiones y desconectar. Por eso,  nosotros queremos tomárnoslo con humor y os proponemos una lista de comedias para irse a la cama con una sonrisa. Y es que la risa relaja: en ello se basa la conocida risoterapia, que defiende el poder de una buena carcajada para aliviar tensiones y bajar el nivel de estrés.  No sabemos si todos los beneficios que promete la risoterapia son ciertos, pero si un ratito de risas puede ayudar a que desconectemos y nos quitemos de la cabeza, aunque sea un rato, todo aquello que no nos deja dormir, ¿por qué no probarlo? Al fin y al cabo, reírse, como dormir, es de las pocas cosas que aún son gratis hoy en día.

¿Lo probamos viendo unas de estas comedias?

Atrapado en el tiempo: Para el pobre Bill Murray sólo existe un día: el día de la Marmota. Su desgracia es estar atrapado en el día en que “una rata” predice el final del invierno y que cada mañana, en su despertador suene la misma canción. Ideal para los que detestamos la rutina:

Ferris Bueller’s Day Off – Todo en un día:  Porque hubo un tiempo en que Mathew Broderick  no era el marido de la estrella de Sexo en Nueva York .  ¡Y sale la chica de Dirty Dancing haciendo otro papel! La comedia de adolescentes de los ochenta de la que puedes aprender qué no hacer con un Ferrari:

Los padres de ella: O lo que pasa cuando tienes un nombre un tanto desafortunado y tu suegro es Robert De Niro, ex-agente de la CIA:

Mejor. . . imposible: Una comedia romántica donde el héroe es Jack Nicholson no podría fallar. Para reír a carcajadas (y soltar alguna lagrimilla). Tú haces que quiera ser mejor persona.

Zombieland: Si te persigue un zombie, pégate a un tipo duro. Perfecta para dormir mejor este Halloween:

Estas son algunas de nuestras comedias preferidas para antes de dormir, pero esto del humor, como casi todo en la vida, es cuestión de gustos. ¿Nos contáis cuáles son vuestras favoritas?

 

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Cuando el estrés nos quita el sueño

No es ningún secreto que el estrés es uno de los mayores ladrones de sueño: si hiciéramos una lista con todos los motivos por los que nos cuesta conciliar el sueño, el estrés estaría sin duda a la cabeza del pelotón. De hecho, algunos expertos citan el estrés como el principal responsable del insomnio ocasional hasta en un 80% de los casos.

Septiembre, con la vuelta a la rutina y a los quehaceres diarios después de un período de descanso, se convierte para muchos en uno de los meses del año en que están expuestos a un mayor nivel de estrés: trabajo acumulado después de la época vacacional, vuelta a los madrugones y un reloj biológico algo alterado también pueden influir en que al llegar la noche y apagar las luces no consigamos dormir tan bien como sería deseable.  Como comentábamos en otro de nuestras entradas, el ritmo de vida hiperacelerado en que vivimos inmersos pone realmente fácil que entremos en una espiral de estrés, ansiedad e insomnio. No dormimos bien porque estamos estresados, y nos estresamos porque no dormimos bien. Este círculo vicioso ocasiona muchas visitas y preguntas a los profesionales sanitarios.

Tampoco cabe duda que en el contexto socioeconómico actual, no es sólo una agenda abultada lo que nos puede ocasionar estrés e insomnio si no también la incertidumbre e inseguridad respecto a nuestra situación laboral y económica. La crisis ha disparado el estrés, de manera que una gran parte de los trabajadores españoles se siente sometido a una mayor presión con respecto a años anteriores. Y por supuesto,  quedarse sin trabajo, algo desgraciadamente habitual en los últimos tiempos, puntúa muy alto en la escala de estrés psicosocial de Holmes y Rahe, una escala que se utiliza en psicología para medir cómo los diferentes acontecimientos en la vida de una persona pueden llevar a desarrollar trastornos psicosomáticos.No hay remedios mágicos, pero un primer paso para afrontarlo es darnos cuenta de que es frecuente experimentar problemas de sueño transitorios cuando estamos sometidos a situaciones de estrés. Reconocerlo puede ayudarnos a evitar preocuparnos en exceso sobre si una noche vamos a poder dormir o no, ya que esta misma preocupación puede ponernos mucho más difícil conciliar el sueño.  Podemos pasar directamente a la acción para controlar un poco mejor esta preocupación de diversas maneras, por ejemplo, levantándonos de la cama si llevamos más de media hora intentando dormir y no podemos. Sal de la habitación e inicia alguna actividad relajante, como por ejemplo leer o escuchar música, hasta que vuelvas a tener sensación de sueño. Repite la operación las veces que sea necesario: sí, puede que te cueste varios intentos, pero vale más eso que pasarse la noche dando vueltas en la cama sin descansar. Es importante que las actividades que decidas hacer en estos momentos sean siempre fuera del dormitorio, ya que tu cama debe ser el lugar destinado al sueño: nada de trabajar o ver la tele en la cama si te cuesta dormir. Otra buena técnica, sobre todo cuando lo que nos agobia son asuntos o tareas pendientes, es llevar un pequeño diario donde apuntemos todo aquello que nos preocupe, como manera de cerrar y valorar el día, y así evitar que consultemos los problemas con la almohada. Los temas pendientes los resolveremos mejor de día, cuando podemos enfrentarnos a ellos y buscarles solución. Y sin duda, nos enfrentaremos mucho mejor a ellos si hemos logrado burlar al insomnio y hemos pasado una noche de buen sueño reparador.

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Cómo combatir el insomnio después de vacaciones

¡Cómo cuesta recuperar los hábitos de sueño después de unas vacaciones! Es de lo más normal que según nos damos cuenta de que va llegando el momento de la vuelta a la rutina diaria, temamos no poder coger el sueño a la primera. Tras unas semanas de descanso, con el desbarajuste de horarios, puede que el insomnio sea el rey de la noche, y en cambio, nos pasemos el día con una sensación de somnolencia que no nos abandona hasta que se pone el sol.  Esto puede provocar que la vuelta al trabajo y a las mil y una obligaciones diarias se haga aún más cuesta arriba.

Disfrutamos de las vacaciones precisamente por la oportunidad de romper con la rutina,  dormir más (qué placer dejar que se te peguen las sábanas sin represalias!) y aprovechar para hacer todas aquellas actividades y aficiones que durante el período laboral  resultan incompatibles con el trabajo. Todo esto  implica un cambio en nuestros hábitos que también pueden incidir en nuestro reloj biológico y provocarnos alteraciones del sueño como  insomnio al retomar nuestros antiguos horarios.

Muchas personas pueden combatir estos cambios con relativa facilidad, pero a algunos les cuesta bastante más adaptarse a la situación y volver al ritmo habitual, sobre todo en caso de personas jóvenes sin cargas familiares, ya que son más frecuentes las salidas nocturnas. Y todos sabemos que trasnochar pasa factura! Madrugar, mientras durante el resto del año parece sencillo, se vuelve más complicado y la sensación de somnolencia puede acompañarnos  buena parte de la mañana.   Los cambios repentinos en la rutina del sueño pueden hacer que nos cueste concentrarnos, nos sintamos más irritables e incluso desanimados, lo que desde luego no conviene en nuestros primeros días de “vuelta al curro”, que ya suelen ser un poco más tristes de lo normal. Además, hay personas que afirman sufrir estrés post vacacional, manifestándose la dificultad para dormir o el insomnio como  una de sus consecuencias.

Entonces, ¿hay algo que podamos hacer para volver a ponerlo todo en su sitio después de las vacaciones y  que así la visita del insomnio sea lo más corta posible?

Para no enfadarnos con el despertador, y especialmente aquellas  personas  con  dificultades para madrugar, lo más recomendable es hacer cambios de manera gradual. Podemos ir haciendo cambios para reajustarnos al que va a ser nuestro horario habitual casi sin darnos cuenta, pero hemos de planificarlo. Por ejemplo, empezaremos 5 o 6  días antes de la reincorporación a nuestra ocupación habitual, levantándonos cada día de media a una hora antes, hasta llegar a nuestro horario normal. Así podremos ir recuperando nuestros hábitos de sueño sin grandes sacrificios, y evitar que el insomnio nos amargue las primeras noches de la vuelta al trabajo. También es importante que durante estos días “puente” evitemos hacer  siestas, por mucho que pueda apetecernos con el sofocante calor de verano.

¿Nos cuentas algún truco para adaptarte a la rutina y olvidarte del insomnio al volver de  vacaciones?

Imagen: © snaptitude – Fotolia.com

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