Aprendizaje durante el sueño

En esta época son muchos los estudiantes que se enfrentan a uno de sus peores  enemigos: los exámenes. A quién no le gustaría tener una fórmula mágica para aprobar sin tener que pasarse noches en vela estudiando! Seguro que en momentos como éste muchos habréis pensado lo fantástico que sería que de verdad funcionase el aprendizaje durante el sueño. Una grabadora con el temario más odiado bajo la almohada y  voilà, se matan dos pájaros de un tiro: adiós al insomnio -gracias a los contenidos tan emocionantes e intrigantes que muchos deben que memorizar- y adiós a horas interminables con la nariz entre los libros.

La idea de la  hipnopedia o el aprendizaje durante el sueño  ha sido  profusamente utilizada en la literatura de ciencia ficción, pero poco investigada en la realidad. La hipnopedia era el proceso que se utilizaba en Un Mundo Feliz, de Aldoux Huxley o en La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess,  con finalidades bastante más oscuras que las de aprobar un determinado examen. En la vida real se han hecho algunas investigaciones con el fin de probar su validez como método de aprendizaje, casi todas en las décadas de los años cincuenta y sesenta, e  incluso se llegan a comercializar cursos de idiomas que prometen al comprador aprender una nueva lengua  sin más esfuerzo que darle al play de un reproductor  mientras duerme. Por suerte o por desgracia, y aunque no se ha llegado a refutar del todo, la mayoría de los científicos que lo investigaron llegaron a la conclusión de que el aprendizaje durante el sueño era prácticamente imposible, más allá de ayudar de recordar algunas palabras sueltas. Poco idóneo en todo caso, para enfrentarse a un examen, que en la mayoría de los casos no implica sólo memorizar, si no entender en profundidad una materia, relacionar conceptos y construir discursos alrededor de ella.

No hay métodos mágicos para un aprobado seguro,  más  allá que  quemarse más o menos las pestañas estudiando, pero sí que hay técnicas de memorización que pueden sernos útiles en momentos en momentos concretos, como relacionar conceptos con imágenes, hacer pareados y canciones o formar palabras cuando por ejemplo, se trata de memorizar siglas, fórmulas o elementos de la tabla periódica. Pero también tenemos que tener en cuanta  es que  el sueño  tiene un papel en la consolidación de la memoria: un buen sueño reparador  nos ayuda a consolidar los conocimientos que adquirimos durante el día, y nos ayuda a concentrarnos mejor. Por eso, no se recomienda pasarse la noche anterior a un examen sin pegar ojo, ya que puede ser contraproducente: es más fácil que  al día siguiente “nos quedemos en blanco”, y no sólo habremos perdido una noche de sueño, si no también, una nueva convocatoria.

Imagen:© Dudarev Mikhail (Fotolia)

Sigue descansando

Lección dormida, lección aprendida

Ya estamos en junio y el verano está a la vuelta de la esquina. Esta época es la preferida para muchas  personas, ya que  la luz al final del túnel que son las vacaciones por fin parece que se acerca.

Unos de los que tienen más cerca las ansiadas vacaciones son los estudiantes, pero antes de ello se enfrentan a la época de exámenes, que ha vuelto célebre a los meses de junio (y de septiembre, para los que tienen que recuperar) más allá del cambio de estación.

¿Y qué tiene que ver esto con el sueño, o mejor dicho, con dormir bien o no hacerlo?  Pues, precisamente,  mucho más de lo que parece.

Ya se hablado en este blog del papel del sueño en el aprendizaje y la memoria. Sin el preciado descanso nocturno, al día siguiente nos notamos  más despistados, y errores que probablemente no cometeríamos con 7 u 8 horas de sueño se vuelven más factibles. Por eso, en estas últimas semanas de junio con las bibliotecas llenas a rebosar por la cercanía de los exámenes finales o la selectividad, no está más recordar lo necesario que es un buen descanso nocturno para un  desempeño intelectual óptimo al día siguiente. Alégrate:  ya tienes una excusa excelente para no pasarte la noche en vela con la nariz entre los libros!

Diversos experimentos o estudios  se han llevado a cabo para investigar sobre las funciones del sueño o su relación con la memoria y la consolidación de recuerdos. En uno de estos estudios, publicado en la revista Journal of Neuroscience, investigadores alemanes examinaron a varios grupos de adultos en la  realización de  tareas que requerían el uso de su memoria, como recordar palabras o reproducir una secuencia con los dedos, con diversas variables, como si habían o no dormido o si habían sido informados de que se les realizarían las pruebas. Los que mejor puntuaron fueron aquellos que no sólo habían dormido bien, si no que sabían que después debían someterse a “examen”.

Pero, ¿por qué influye en la memoria dormir? ¿Cuál es el proceso? Hay diversas teorías entorno a estas cuestiones,  pero algunas investigaciones otorgan un papel importante al sueño REM,  la fase del ciclo del sueño en la que soñamos más frecuentemente. Otros van más allá y hasta lo relacionan con la creatividad:  Paul McCartney aseguraba que el gran éxito de  The Beatles, Yesterday, la escribió porque había soñado la melodía.

Pero volviendo al tema de los exámenes, dormir bien puede ser un factor más a tu favor para llegar al aprobado. Como dice el refrán, “Lección dormida, lección aprendida”,  pero ojo: seguro que por mucho que duermas, las horas de estudio no te las  quita nadie. Así que paciencia, ¡y no te pases con el café!

Sigue descansando