Problemas para dormir bien durante la época de exámenes

Cuando realmente te decides por una carrera que te gusta, quien más quien menos procura asistir siempre a clase, y llevar las asignaturas al día. Claro que, en época de exámenes, todos nos hemos visto en la situación de tener que arañarle tiempo al tiempo, no sólo para leernos todo lo que entraba en las diferentes materias sino, ¡también para memorizarlo! Por eso, dormir bien se nos hace complicado, pero sin embargo, es precisamente cuando más lo necesitamos, ya que conciliar el sueño tiene un importante papel en la consolidación de la memoria.

La memorización es la parte más importante del estudio. Por lo tanto, cuando decidamos ponernos a estudiar, tenemos que procurar estar despejados y sin problemas de sueño. Desde aquí os aconsejamos encarecidamente que os olvidéis de todas esas sustancias «milagrosas» de las que otros compañeros hablan porque, no sólo nos harán creer equivocadamente que podremos preparar bien los exámenes, sino que, además, perjudican a la salud.

Para dormir bien y mejorar tu estudio lo principal es organizarse bien

Para afrontar este periodo, sobrevivir a la época de exámenes, y no morir en el intento por culpa del estrés o del agotamiento por problemas para dormir , conviene que nos organicemos bien. Sobre todo si, además de estudiar, también estamos trabajando y tenemos otras obligaciones.

Para memorizar hay que leer con atención el libro que tengamos delante y hacer un esquema. Luego hay que subrayar y colorear lo que nos parezca más importante. La memoria visual favorece el aprendizaje. Una vez que hayamos diseccionado el esquema y lo hayamos memorizado, deberemos repasarlo mentalmente hasta que seamos capaces de repetirlo sin equivocarnos.

Cuando creamos que ya nos sabemos un tema, hay que «cantarlo» en voz alta – aunque sea delante de un espejo -, o reproducirlo entero y por escrito para asegurarnos de que, efectivamente ya nos lo sabemos, e ir teniendo una visión de conjunto de toda la asignatura por temas.

Es muy difícil aprenderlo todo a la primera. Lo normal es tener que repasar lo que queremos estudiar varias veces. La memorización requiere un esfuerzo muy intenso que no podemos mantener durante mucho tiempo. Por eso debemos introducir descansos programados, con una duración que debemos controlar de forma estricta. A medida que se avance en la materia, los periodos de descanso deberán ser más frecuentes y los periodos de estudio más cortos.

Lo mejor es hacer pausas cada una o dos horas, y aprovechar ese momento de recreo para tomar un café, salir a la calle a pasear y que nos de el aire, hablar con los amigos, intentar relajarnos escuchando un poco de música y, sobre todo, intentar llevarlo todo con deportividad.

Se ha comprobado que resulta más eficaz realizar el estudio en varias sesiones que intentar aprendérselo todo de una sola sentada. Una vez que nos hemos aprendido una materia, es mejor irla repasando de forma escalonada. Es decir, realizar una primer repaso algunas horas después, un segundo repaso, más breve, al día siguiente; un tercer repaso a la semana siguiente y un repaso final un día antes del examen. Cada repaso debería durar, aproximadamente, un tercio del anterior para que resulte eficaz.

exámenes

Consejos para no derrumbarse

Hay quien para poder estudiar y concentrarse necesita paz y tranquilidad. Sin embargo, no recomendamos permanecer en una habitación encerrados a cal y canto de la mañana a la noche, pues no hay voluntad que resista más de cuatro horas de estudio seguidas.

Hay personas muy responsables que sienten cargo de conciencia pensando que estas pausas les distraerían en exceso, impidiéndoles estudiar todo lo que deberían. Pero, ¿de qué sirve estar delante de un libro cuando nuestra mente necesita hacer un descanso, y después de unos noventa minutos se nos ha ido a pasear por los cerros de Úbeda?

Es muy importante que en este periodo del año no penséis en cosas que os distraigan o que requieran que toméis decisiones importantes. Cuando se compagina el estudio con el trabajo se suele tener menos tiempo. Eso es una auténtica lata, aunque también nos obliga a organizarnos mejor.

En época de exámenes no podemos, ni debemos, enfrascarnos en asuntos de responsabilidad que requieran que tengamos que hacer horas extra en el trabajo. Si este es vuestro caso, debéis comentarle a vuestros jefes que estáis de exámenes. Seguro que se hacen cargo de vuestra situación, y  no os exigen más de lo que podáis darles en estos momentos

Cuando notéis que ya no podéis más, salid a correr o a caminar, y no le hagáis ascos a una sesión de yoga. También podríais plantearos la posibilidad de cambiar de ambiente de estudio. Podéis ir a estudiar a algún café donde no haya mucho ruido o a una biblioteca.

Nuestro consejo es que no os dejéis arrastrar por lo que haga el resto de la gente. Lo importante es encontrar una técnica de estudio y una rutina  a la medida de vuestras necesidades, que os vaya bien y que os ayude a recordar todo los que habéis estudiado y memorizado. ¡Hay quien dice que la cultura es lo que queda después de haber estudiado!

Para ser un buen estudiante no hace falta tener buena memoria, se memoriza mejor si se comprenden las cosas. La memoria es como la musculatura: cuanto más la practicas, más se desarrolla. El interés o la motivación es fundamental. Es conocida la influencia de la actitud ante lo que se estudia sobre la cantidad de información recordada.

Respetad las horas de sueño y las fases del sueño.

Dormid 8 horas (nunca menos de 6). Las horas de sueño son horas ganadas y no horas perdidas. Lo que se estudia por la noche, antes de acostarnos, no se olvida durante el sueño. El sueño sirve para afianzar la memoria por eso hay que seguir los consejos para dormir bien.

La época de exámenes es un periodo difícil, pero tenemos que aprender a sobrellevarlo con buena predisposición, recordando que todo pasa en esta vida, y que ¡lo que más cuesta aprender es lo que mejor se retiene!

Fotos: Mer Chau , Saad Faruque

Un artículo de Almudena Pérez-Minguez

 

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Aprendizaje durante el sueño

En esta época son muchos los estudiantes que se enfrentan a uno de sus peores  enemigos: los exámenes. A quién no le gustaría tener una fórmula mágica para aprobar sin tener que pasarse noches en vela estudiando! Seguro que en momentos como éste muchos habréis pensado lo fantástico que sería que de verdad funcionase el aprendizaje durante el sueño. Una grabadora con el temario más odiado bajo la almohada y  voilà, se matan dos pájaros de un tiro: adiós al insomnio -gracias a los contenidos tan emocionantes e intrigantes que muchos deben que memorizar- y adiós a horas interminables con la nariz entre los libros.

La idea de la  hipnopedia o el aprendizaje durante el sueño  ha sido  profusamente utilizada en la literatura de ciencia ficción, pero poco investigada en la realidad. La hipnopedia era el proceso que se utilizaba en Un Mundo Feliz, de Aldoux Huxley o en La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess,  con finalidades bastante más oscuras que las de aprobar un determinado examen. En la vida real se han hecho algunas investigaciones con el fin de probar su validez como método de aprendizaje, casi todas en las décadas de los años cincuenta y sesenta, e  incluso se llegan a comercializar cursos de idiomas que prometen al comprador aprender una nueva lengua  sin más esfuerzo que darle al play de un reproductor  mientras duerme. Por suerte o por desgracia, y aunque no se ha llegado a refutar del todo, la mayoría de los científicos que lo investigaron llegaron a la conclusión de que el aprendizaje durante el sueño era prácticamente imposible, más allá de ayudar de recordar algunas palabras sueltas. Poco idóneo en todo caso, para enfrentarse a un examen, que en la mayoría de los casos no implica sólo memorizar, si no entender en profundidad una materia, relacionar conceptos y construir discursos alrededor de ella.

No hay métodos mágicos para un aprobado seguro,  más  allá que  quemarse más o menos las pestañas estudiando, pero sí que hay técnicas de memorización que pueden sernos útiles en momentos en momentos concretos, como relacionar conceptos con imágenes, hacer pareados y canciones o formar palabras cuando por ejemplo, se trata de memorizar siglas, fórmulas o elementos de la tabla periódica. Pero también tenemos que tener en cuanta  es que  el sueño  tiene un papel en la consolidación de la memoria: un buen sueño reparador  nos ayuda a consolidar los conocimientos que adquirimos durante el día, y nos ayuda a concentrarnos mejor. Por eso, no se recomienda pasarse la noche anterior a un examen sin pegar ojo, ya que puede ser contraproducente: es más fácil que  al día siguiente “nos quedemos en blanco”, y no sólo habremos perdido una noche de sueño, si no también, una nueva convocatoria.

Imagen:© Dudarev Mikhail (Fotolia)

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