El estrés y la ansiedad nos producen problemas de insomnio. ¿Sabes cómo remediarlo?
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
A lo largo de nuestra vida, inevitablemente vamos a enfrentarnos a situaciones que nos producen ansiedad o estrés; debido a cambios, enfermedades, problemas, crisis, temperaturas, ruidos, sobreesfuerzos…etc. En este tipo de situaciones es frecuente empezar con problemas de insomnio que si no se controlan a tiempo pueden devenir en problemas más graves como pueden ser los trastornos del sueño crónicos. Por eso hoy queremos hablarte sobre el insomnio, cómo este afecta a nuestro sueño y qué remedios existen para prevenirlo. ¡Vamos allá!
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
El estrés y la ansiedad son respuestas normales del organismo ante un peligro inminente o la percepción de este. Permiten generar la alerta y activación necesarias para hacer frente a estos peligros o amenazas para buscar soluciones.
Sin embargo, se convierten en un problema cuando se vuelven demasiado intensas o desproporcionadas al estímulo que las precipita, demasiado duraderas o frecuentes.
El síntoma principal de la ansiedad es la presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando hay pocas causas. Las preocupaciones suelen ir de un problema a otro, como problemas familiares, relaciones, cuestiones de trabajo, dinero, salud u otros.
También existen otros síntomas como:
- La dificultad para concentrarse
- Fatiga
- Irritabilidad
- Problemas de insomnio: para conciliar el sueño, permanecer dormido y sueño que a menudo no es reparador ni satisfactorio.
- Nerviosismo
- Sentirse sobresaltado.
- A nivel físico puede incluir tensión muscular, temblor o dolor de cabeza.
¿Cómo nos afecta esto al cuidado de nuestro sueño?
- Una vez sabemos detectar los síntomas de la ansiedad lo siguiente es saber detectar qué es lo que nos genera estrés. Cuando la ansiedad empieza a afectarnos a nuestro sueño, hay que abordar el tema lo antes posible, ya que el estrés nos induce a un estado de activación anómalo del SNC, es decir es una actividad excesiva de los sistemas neuroquímicos implicados en los ciclos de vigilia y sueño, que por lo tanto afectan negativamente a nuestro sueño ya que podemos tener problemas cómo conciliar el sueño, permanecer dormido y dormir de una forma reparadora .
Además de que seguramente vas a notar:
- Un aumento de la latencia del sueño, es decir, tardarás más en conciliar el sueño (de una hora aproximadamente).
- Predominio del sueño superficial.
- Disminución del porcentaje del sueño REM.
- Sueño fragmentado, es decir, despertares frecuentes.
- Disminución del tiempo total de sueño.
¿Cómo podemos remediarlo?
El objetivo es ajustar esas emociones a la situación que las provoca y actuar para terminar cuanto antes con esa emoción tratando de intervenir en los tres niveles en los que manifiesta la ansiedad: pensamientos, respuestas físicas y motoras.
Por lo que podemos remediarlo mediante distintos tipos de técnicas:
- Tipo cognitivo como pueden ser técnicas para parar el pensamiento, autoinstrucciones y solucionar problemas.
- Con técnicas fisiológicas como técnicas de relajación o desactivación física.
- Con técnicas motoras como el autocontrol o las habilidades sociales.
Cómo ves, la ansiedad y el estrés se convierten muchas veces en uno de los principales motivos de los problemas del insomnio transitorio. Aunque existen medidas preventivas para reducirlo, puede ser que a veces necesitemos de un complemento alimenticio que nos ayude a reducir el tiempo que tardamos en conciliar el sueño y aumentar la profundidad y duración del mismo.