Curiosidades sobre los sueños

El mundo de los sueños y el hecho de la necesidad de dormir del ser humano siempre ha sido algo misterioso, y seguro que hay varias curiosidades sobre  los sueños que pueden llegar a sorprenderte. Soñar ya es de por sí  bastante intrigante, y a pesar de haber sido objeto de numerosas investigaciones científicas, desde campos tan dispares como la neurobiología, la psiquiatría o  la filosofía, todavía hay aspectos de los sueños que no tienen explicación concreta, entre ellas cuál es exactamente su función biológica.
Ese aspecto misterioso de los sueños y el mundo onírico, no sólo ha atraído a la ciencia, si no que también ha inundado la cultura popular y las expresiones artísticas, desde la pintura (con Dalí y sus relojes  blandos como uno de sus referentes más conocidos ), hasta la música, el cine e incluso la literatura infantil. Decía el premio Nobel de Literatura Tomas Tranströmer   que «un poema no es otra cosa que un sueño  en vigilia».
Pero, ¿por qué atrae tanto el mundo de los sueños para que personalidades como Sigmund Freud dedicaran buena parte de su vida a intentar interpretarlos y entender su significado?  No sólo es el aspecto enigmático, la necesidad de encontrar una explicación racional o refutar hipótesis. Probablemente, también se deba a la percepción de que todo es posible en el mundo de los sueños: aquello que es inalcanzable suele convertirse en objeto de deseo.  Podemos estar dormidos en la cama, supuestamente quietos y en reposo, y en nuestros sueños estar viviendo la mayor de las aventuras. Hay quien, incluso, ha podido utilizar los recuerdos de sus sueños como una fuente de creatividad: la escritora Mary Shelley concibió la idea central para su conocidísima novela Frankestein después de un sueño, durante unas vacaciones en el Lago de Ginebra. ¡Qué mejor incentivo que soñar para intentar dormir mejor!

De modo contrario  a quienes los aprovechan como base de su arte, hay personas que creen que no sueñan, dado que, en su gran mayoría,  no solemos recordar nuestros sueños.  De hecho, se dice que el 90% de los sueños los hemos olvidado en cuestión de minutos, y con frecuencia las personas reportan  recordar más bien sus  pesadillas, probablemente debido al despertar abrupto.  Sin embargo, todo el mundo sueña: está científicamente demostrado que los humanos soñamos y varias veces a lo largo  de una noche de reposo, aunque habitualmente la fase REM es reconocida como la fase del ciclo del sueño en la que se dan más frecuentemente.

Otro cosa que suele pasar mientras dormimos y estamos soñando es que creamos que nuestros sueños están protagonizados por personas desconocidas o que no hemos visto jamás. Sin embargo, nuestro cerebro no se las inventa, ni las recrea de la nada: en algún momento de nuestra vida, nuestros ojos y nuestro cerebro las han percibido, sólo que no somos capaces de recordarlo conscientemente,  ya que nuestra memoria es selectiva.

Y por aquello de la vista y la información  que recibimos a través de nuestros ojos, podríamos preguntarnos si las personas invidentes pueden soñar cuando duermen. Las personas que  perdieron la vista después de nacer, conservan recuerdos de imágenes, y por tanto, sus sueños las incorporan. En cambio los sueños de las personas con ceguera congénita no son visuales, pero se basan en la información que recoge el resto del sentidos: oído, gusto, tacto y olfato, y pueden ser tan vívidos como los de una persona que puede ver.

Y por último, conviene saber que es posible que la televisión influya en nuestros sueños más de lo que parece, más allá de que determinados programas sean tan aburridos como para hacer competencia a las mejores pastillas para dormir. Algunos estudios afirmaban que hasta los años 50, la mayoría de los sueños de las personas eran en blanco y negro, por influencia de la televisión y el cine, mientras que desde la popularización de la televisión en color, sólo un pequeño porcentaje de los sueños prescinde del color. Pero de nuevo, en el mundo de los sueños, nada es seguro, y esta teoría tampoco ha llegado a ser probada.

¿Y tú, recuerdas algún sueño?  ¿Y si nos lo cuentas?

Sigue descansando