Si no puedes dormir, no te lleves el móvil o tablet a la cama

A muchos nos gusta llevarnos la tablet o incluso el smarphone o el ordenador portátil a la cama. Sea para acabar de contestar emails pendientes, cotillear el facebook,  pasarnos un nivel más  del Candy Crush o para  ver  alguna de las series de moda, para muchas personas llevarse el estos dispositivos a la cama forma ya parte de su rutina diaria. ¡Algo impensable hace tan sólo unos  años!

No obstante, deberías saber que si sufres insomnio, o simplemente, te cuesta dormir de vez en cuando, llevarse el smarphone o la tablet a la cama no es una buena idea. Según algunos estudios, la luz que emiten estos dispositivos electrónicos podría causar alteraciones del sueño y que nos sea más difícil dormir. La explicación a este fenoméno está en la melatonina, una hormona que produce nuestro cerebro y que interviene en la regulación de los ritmos circadianos, es decir, el «reloj» interno que controla nuestros patrones de sueño y vigilia.  Nuestra glándula pineal  nos prepara para dormir segregando más melatonina durante la noche, en condiciones de oscuridad, mientras que produce menos si es  de día, en presencia de luz.  Y no importa si esta luz procede del sol o es luz artificial.

¿Qué es la luz azul? 

La luz que emiten los dispositivos como tablets, smartphones o ordenadores portátiles es conocida como luz azul. La luz azul también podría, según algunos estudios (como este publicado en la revista Nature), provocar problemas de sueño si nos exponemos a ella antes de dormir, ya que haría que segreguemos menos melatonina y que nuestro cuerpo piense que aún no es hora de dormir.

Hay algunas aplicaciones para móvil, como Twilight (Android) que permiten reducir el brillo de la pantalla  o actuar como filtro de  la cantidad de luz azul emitida por los dispositivos.  Pueden ser útiles si de verdad no puedes despegarte de ellos ni en esos momentos! Pero  la verdad es que si sufres problemas para dormir, lo mejor es que dejes tu smartphone o tablet bien lejos del dormitorio, y en su lugar, pruebes a leer un ratito un  libro «de los de toda la vida» justo antes de dormir. ..  o que sigas nuestros  remedios  para evitar el insomnio.

Sigue descansando

Aprende a controlar tu estrés

Ha terminado el día. Ha sido intenso, lleno de preocupaciones y problemas de mayor o menor intensidad. Llega la hora de ir a dormir y te acuestas sabiendo que será otra noche en la que te costará dormir. Las preocupaciones rondan en tu cabeza y, por más que las apuntas en una agenda para sacarlas de tu mente, continúan importunando tu descanso e impidiendo relajarte y conciliar el sueño: «Es inevitable, aunque trato de no pensar en ello, en cuanto me acuesto, repaso mentalmente los acontecimientos del día y me resulta imposible desconectar. Doy vueltas  y vueltas en la cama, me pongo nervioso, y no consigo dormir. Y si lo hago, me despierto preocupado a horas intempestivas de la noche».  Testimonios similares a estos son comunes en los comentarios que nos hacéis llegar. Es una manifestación del estrés, que es es uno de los sospechosos habituales tras un caso de dificultad para dormir.

El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. la vida agitada que llevamos, que nos exige estar siempre al 100%, supone para nuestro organismo y nuestra mente una estimulación importante, que en algunos casos y en función de otros factores personales, puede desembocar en episodios de insomnio ocasional.

Como causantes de estrés o nerviosismos no sólo hablamos de acontecimientos negativos, como se tiende a pensar. Es evidente que los horarios rígidos, solucionar un problema en el trabajo, recibir malas notas escolares de un hijo o discutir con nuestra pareja son factores estresantes. Pero también lo son los acontecimientos positivos que suponen un cambio, como ascender en el trabajo, tener un hijo, mudarse de casa, una boda . . . En cualquier caso, se trata de adquirir nuevas responsabilidades y de exigir más de nosotros mismos.

¿Por qué influye el estrés en el insomnio? 

Ante un factor estresante, la preocupación y la ansiedad hacen que se eleve el nivel de adrenalina en sangre, con el fin de preparar el cuerpo para hacer frente a los problemas o situaciones nuevas y actuar. En esta situación de actividad fisiológica, no podemos relajarnos, afectando de esta manera a nuestro sueño. Y aquí empieza el círculo vicioso que todos conocemos: la preocupación por no dormir genera más ansiedad, más preocupación. ..  y más insomnio.

Hoy en día ha quedado muy demostrado que el estrés tiene una relación muy directa con la mente y emociones y éstas con la salud. Merece la pena dedicar algo de nuestro tiempo a aprender a controlar el estrés y manejarlo para que nos cree el menor impacto negativo. Por ejemplo,  como os proponíamos en este artículo, podemos enfrentarnos a él con técnicas de respiración para relajarnos más fácilmente.

Sigue descansando